Ivanna Donoso

Mentalidad televisiva

26.07.2023
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En el 2000
Las mujeres visten gris
Los tirantes transparentes
Más abierta ya la mente

Así cantaba Natalia Lafourcade mientras su videoclip aparecía en el recuento de Los 10 más pedidos de MTV.

Eran los locos años dosmiles: el destape y la apertura. En verano del año 2000, apareció el proyecto Nautilus, más conocido como La casa de vidrio, a cargo de los arquitectos Arturo Torres y Jorge Christie. Ubicada en pleno centro de Santiago -en las calles Bandera y Moneda, donde ahora hay un centro comercial-, la actriz Daniella Tobar fue la protagonista de este experimento financiado por un FONDART, en donde se propuso mostrar por completo su rutina de la vida diaria. Lo que más llamó la atención en la audiencia chilena fue el momento de la ducha: hordas de hombres se pararon afuera de la casa para verla en pelotas. Tras la polémica alentada por los medios de comunicación, la joven fue cambiada por un maduro actor que no causó el mismo revuelo.

Este montaje, quizás sin saberlo, se convirtió en la antesala de otros experimentos de la sociedad chilena, que se generaron entre el rumor de que las computadoras enloquecerían y la no tan alejada idea de que imperaría el Gran Hermano de George Orwell. Y es que nos volvimos con todo a la sociedad del espectáculo.

En 2002, y pese al frío invierno, Spencer Tunick convocó a cientos de chilenos desnudos en el frontis del Museo de Bellas Artes y ese mismo año caminó por la calles de Santiago una joven Baby Vamp. Chile se quitó la ropa. Mientras tanto, nuestro Voldemort -Augusto Pinochet- bajaba de un avión simulando ser un abuelito inocente de la Fundación Las Rosas, más que un viejo que cometió crímenes de lesa humanidad. Unos años antes, el 16 de octubre de 1998, había sido arrestado en Londres por orden del juez Baltasar Garzón. Pinochet se salvó de ser juzgado y nosotros caímos sentados frente a los televisores en nuestras casas para ser espectadores de un nuevo boom: de ahora en adelante, todo sería televisado.

En esa misma época, el director argentino Sergio Nakasone -genio del voyeur-, dirigió Protagonistas de la Fama, el primer reality show de la televisión chilena. Álvaro Ballero y Janis Pope fueron los antagonistas, pero también los reales ganadores en términos de popularidad del programa que buscaba a los próximos actores del área dramática de Canal 13. El canal del angelito cambiaba su logo y su línea editorial después de 30 años. Y su selección de casting contaba con el mismísimo Francisco Moller, nieto del Mamo Contreras.

El factor selección es lo primordial en estas simulaciones, ya que son necesarios todos los arquetipos, clases sociales, signos zodiacales y números del eneagrama para que funcione. Para mí, los buenos no ganan. Nadie recuerda con fervor a Catalina Bono, la niña latera y bien portada del reality. Porque necesitamos conflicto, nos gustan los palabreos y sentimos la necesidad de tomar bandos. Queremos decidir y ponernos de acuerdo a quién odiar y a quién enaltecer. Nos gusta el morbo y entre más complejo, mejor.

¿Nuestra forma de ver televisión ha cambiado? ¿Sigue tan presente la TV en nuestras vidas después de las redes sociales?

Yo creía que no, pero en distintas partes del mundo hay gente viendo tele, ya sea La casa de los famosos o Gran Hermano. Estamos unidos. Toma mi mano, que vengan los memes y eliminemos al próximo participante. Tú eres el rival más débil. ¡Adiós!

Escrito por

Ivanna Donoso es autora, actriz y performer. Ha participado en diversas exposiciones, realizado ponencias de arte y cultura pop y publicado obras de narrativa, poesía y música. Actualmente vive en la Ciudad de México.

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