“YO SOY la más alta luz del universo”, dice un mantra de luz que me encontré en internet.
Supongamos que un día despierto y tengo 33 años; la edad de Cristo, el mesías. Es poco probable, pero no imposible. Si tan solo tuviera un espacio de tiempo libre para detenerme a sentir que ha llegado el momento del llamado a la iluminación. De mi epifanía.
¿Cuáles son los requisitos para iniciar o entrar a una secta? Si no soy un haz de luz fulminante y vibro una octava más alto que todos los que me rodean, ¿soy capaz de tener una secta o formar parte de una? No lo sabemos.
Lo que sí sabemos, es que, constantemente, se aparecen este tipo de mensajes:
Mentalidad + vibración
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¿Acaso son las sectas la estafa piramidal new age más fructífera de todos los tiempos?
En el año 2012, se creía, según un presagio maya, que el mundo llegaría a su fin. Con esta premisa, la llamada secta de Colliguay, en Quilpué -liderada por Ramon Castillo Gaete, más conocido como Antares de la Luz-, decidió quemar a su hijo, un recién nacido de tres días para salvar a la humanidad. Antes de eso, habían degollado a unos gatos. Claramente, el mundo no se acabó y Antares de la Luz fue encontrado colgando de una viga en la ciudad de Cuzco, mientras escapaba de la justicia.
Uno de los factores en común de las sectas es que son formadas en su totalidad por gente educada, con capital cultural y económico. Esto lo digo porque son sus integrantes los que mantienen a sus líderes espirituales. Un dato no menor: para postular a la secta de Colliguay, había que presentar una especie de currículum vitae, incluir una foto y acreditar solvencia económica. Si no cumplías con los requisitos, no podías ser parte.
En el documental “Love has won” se muestra el hallazgo del cuerpo de Amy Carlson -líder de una secta y conocida como la “Madre Dios-”, 12 días después de su muerte, mientras esperaba ser salvada por Robin Williams. Suena increíble, pero estas cosas suceden. También es real que si quieres evadir impuestos en Estados Unidos puedes hacer una iglesia. En el documental “Holy hell” se muestra cómo la secta liderada por Michael Rostand desplegaba espectáculos teatrales interpretados por su séquito jóvenes, con cuerpos bronceados y atléticos para divulgar su palabra.
Volvamos a Chile, donde se evita dar el nombre de secta a estas agrupaciones de iluminados, porque secta es cuando ya se comete un crimen.
En la localidad de Pirque, el año 2007, apareció el cuerpo de la bailarina Jocelyn Rivas, luego de dos meses y medio de dar a luz a su hija. Rivas había enfermado tras el parto y no fue atendida por médicos, lo que causó su muerte. Ella formaba parte de una secta liderada por la argentina Paola Olcese, quien luego de su detención afirmó: “Este es nuestro acercamiento con Dios y no puede ser juzgado, ni mucho menos condenado”.
He consumido ayahuasca y tomado dosis de hongos para arreglar lo que en mí está roto. Esas experiencias me han dado una cierta capacidad de conocerme a mí misma, pero bajo ningún punto de vista estoy cerca del “ser de luz” y, en efecto, tengo fotofobia.
Del “autoconocimiento” que poseo, sé que me gusta el hueveo, creo en la lealtad y puedo tener algunas (bastantes) prácticas de carácter inmoral. Por ahora sólo le prendo velas a San Judas Tadeo, patrón de las causas perdidas, como yo misma.
Con toda esta información, en una ficción podría sustentar los próximos años de mi vida edificando o siendo parte de una secta, pero aún no cumplo con los requisitos. Necesito inventar el dinero de la renta del próximo mes, así que más que un mesías, necesito un mecenas. Tendré que hacer caso omiso a mi despertar espiritual y bajar unas pocas vibraciones al mundo de los mortales.
Lo dejaré para otro momento. Y podrá esperar, si al final el tiempo de Dios es perfecto.
