Dominique Karahanian

La vida como reality

07.07.2023
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Si hay algo que sabemos hoy, en el mundo de las redes sociales, es que todos somos googleables.

La red no perdona: a menos que tengamos plata, nos vemos expuestos a quedar ahí, para siempre en el ciberespacio, con esa masa de información que publicamos al día, la cual no es menor. Instagram permite subir hasta 100 historias diarias y cuando Twitter trató de limitar su cantidad de publicaciones, las personas enardecieron. 

Así, cada vez es más frecuente mostrarlo todo: lo que haces, dónde vas, con quién te juntas, lo que te gusta. Tal como si la vida fuera un reality. 

El primero de estos shows se estrenó en Estados Unidos hace 52 años. “An American Family” era un programa de 12 capítulos de 1 hora, donde se editaron 7 meses y cientos de horas de interacción familiar para mostrarlo a un público ávido por saber todo lo que pasaba ahí dentro. Su éxito fue tal que la connotada antropóloga Margaret Mead dijo que la serie era tan significativa como la invención del drama.

En Chile, la historia no ha sido tan distinta. Hace 20 años se estrenó “Protagonistas de la Fama”, el primer reality del país, que tuvo peaks históricos de sintonía. Y ahora tenemos a la versión nacional de “Gran Hermano” en Chilevisión, un formato que ha pasado por países como España, Argentina y Brasil, y que promete mostrar las 24 horas de los participantes del espectáculo. 

La exposición llegó para quedarse y por más desapercibidos que queramos estar, basta con que una persona te grabe sin tu consentimiento para estar ahí: en vitrina. Aunque no somos parte de un reality, pareciera que, en las redes, todos formamos parte de un gran espectáculo. ¿Somos intrínsecamente voyeuristas y/o exhibicionistas? ¿Tenemos conciencia de que nuestra vida, querámoslo o no, es vista por muchos desconocidos en redes? ¿Por qué lo hacemos? 

La necesidad de estar en el ruedo, de mostrar(me), es más fuerte. La necesidad de pertenecer y ser visto en esa pertenencia.

La soledad. El deseo de ser reconocido como un otro válido, necesario en un grupo social. 

La vida como reality: hago como que no me ven, pero tengo plena conciencia de lo que estoy mostrando. Mi vida como un show, dónde muestro mi parte luminosa, la parte deseable, manipulando lo que creo que puede agradar al otro. Sin embargo, el domingo, al final del día, reviso cómo todos tuvieron un fin de semana genial y me digo a mí misma: ¿Sabías que eso también es parte del show? ¿Que sólo mostraron lo que quieren que veas?

Como dice Almodóvar, en el set todos esconden algo, como todos lo hacemos en la vida real. Todos tenemos un lado oculto y queremos hacer otra cosa.

Escrito por

Dominique Karahanian es psicoterapeuta de parejas, familias e individual y magíster en ontoepistemología de la praxis clínica.

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