Trinidad Silva

Congreso Pasado: Esto ya pasó

12.01.2024
compartir
Fb
Tw
In
Wa

“Habría que escribir cosas eternas para estar seguros de que serían de actualidad”

Simone Weil, carta a sus padres

El martes 16 de enero se inaugura una nueva edición del Congreso Futuro, que en esta ocasión abordará como temática principal la Inteligencia Artificial. Ese mismo día también comienza la primera edición del Congreso Pasado, organizado por La oficina de la nada y Clío: grupo de estudios en Historia de la Filosofía. No habrá stands, ni sponsors. Tampoco speakers hablando de pie con un micrófono inalámbrico para ofrecer lecciones rotundas. Será más bien un encuentro íntimo, en el que investigadores de distintas universidades, escritores, artistas y músicos compartiremos algunas obsesiones sobre diversas manifestaciones artísticas, culturales y reflexivas de los distintos pasados que nos anteceden y que resuenan poderosamente con problemáticas contemporáneas.

Frente a la urgencia por anticipar el futuro, hemos optado por volver al pasado.

Puede parecer una provocación. Quizás sea una manera de llamar la atención, un oportunismo para entrar en la vigencia de los discursos que ahora roban nuestra atención. Pero una vez que obtengamos esa atención, queremos decir cosas importantes. No lo hacemos para sacar lecciones. No tenemos una moral del pasado, tenemos una fascinación por él. Y si esta fascinación se lee como una pasión inútil, es porque los criterios de utilidad están enfocados en el progreso. 

Es justamente la idea del progreso la que nos incomoda, porque supone que la historia de la humanidad es lineal, que se ajusta a una narrativa evolutiva con etapas de superación. Quizás ha sido el modelo científico con sus cambios de paradigma el que ha impuesto esta narrativa o quizás nuestras propias expectativas frente a la necesidad de hacer sentido. Esto no tiene nada de malo en sí mismo. Siempre lo hemos hecho. Eso es, siempre lo hemos hecho así. Esto ya pasó. 

Durante dos días, reflexionaremos sobre las maneras en las que podemos pensar el pasado. Conversaremos sobre las relaciones entre la música griega y el pop, las escrituras prehispánicas y sus premoniciones sobre nuestro presente político, la vigencia de motivos pictóricos como el Vanitas y realizaremos una lectura de poemas anteriores al siglo XVIII, de distintas culturas y lenguas, que queremos escuchar nuevamente.

El poeta Paulo Leminski advertía que, a diferencia de la tecnología o la industria, no tiene sentido hablar de “evolución” o “desarrollo” en el arte: “Un cuadro de Matisse no lleva grabada mayor información que una tela de Rembrandt. El teatro de Brecht no es mejor que el de Sófocles. Una película de Godard no borra la presencia de Ciudadano Kane”. Por eso, nuestra búsqueda en el Congreso Pasado se acerca más a la de quien recorta revistas o libros y las reúne en una nueva secuencia. Así lo comprende, desde los estudios de la literatura comparada, Victoria Cirlot: “La aproximación de dos realidades distantes, como por ejemplo puede apreciarse en el collage, responde tanto a la necesidad de encender ‘la chispa’ como a la de ensayar otra ordenación posible de las cosas y de los seres”. Pensar el pasado es, también, un acto político, que implica reordenar los modos en que se ha contado la historia, relativizar el brillo de algunos hitos y descubrir otros eventos singulares que hoy resultan más elocuentes.

Las humanidades son anárquicas, están desposeídas de la retórica del avance y la jerarquía. Ofrecen su resistencia.

Lo dijo un filósofo del siglo XX: “Todo preguntar esencial de la filosofía permanece necesariamente inactual. Y esto es así o bien porque la filosofía se proyecta mucho más allá de su momento correspondiente o bien porque reanuda el presente con lo que había sido anteriormente y en el origen. El filosofar siempre será un saber que no solo no puede ajustarse al tiempo actual, sino que, al contrario, somete el tiempo a sus criterios.” (Heidegger, Introducción a la metafísica).

No queremos glorificar el pasado, ni dignificar su inutilidad como fuente de saber libre. Solo queremos ponerlo a la altura de discusiones del presente teniendo en cuenta de que a la hora de tratar cuestiones como la muerte, el alma, el cambio, la mente, el amor, el sujeto, el bien y el conocimiento; el criterio cronológico sucumbe. Por ahora sabemos que, si bien hay expertos en inteligencia artificial, no hay todavía expertos en el alma, ni en la muerte. Y menos mal podemos seguir hablando de estas cosas de la mano de genios como Epicuro y Montaigne.

El futuro nos importa, claro, cómo no. No se puede vivir en el pasado, pero sí se puede pensar desde el pasado. ¿Para qué? Principalmente para pensar. El pensamiento sobre el futuro no puede definirse en la pura anticipación, ni en el éxito del descubrimiento. Un descubrimiento reciente, como la creación de una inteligencia artificial capaz de predecir la muerte, merece ser acompañada de reflexiones sobre el significado de la muerte y el impacto de su predicción. Esto no lo hacen los científicos, ni tienen por qué hacerlo. Eureka. Esto lo hacen los humanistas que dedican su tiempo a leer y a reflexionar sobre estas cuestiones. ¿Para qué? Quizás solo para hacer la vida más disfrutable, consolándonos con el hecho de que el enigma de la muerte, de la que no sabemos nada, ha generado una vastísima producción literaria de poesía y filosofía, además de dogmas de fe de numerosas religiones y prácticas culturales alrededor de todo el mundo.

Hay cosas sobre las cuales no avanzamos. Esto debería consolarnos.

La mayoría de las cuestiones humanas no tienen un punto de salida. Pero sí tienen un punto de entrada. Quizás el acceso no tiene el empaque de la entrada principal, pero sí la humildad de la puerta de atrás. 

Este texto fue escrito en colaboración con Felipe Cussen

Escrito por

Trinidad Silva estudió Filosofía en la Universidad Católica de Chile. Hizo un magíster en Estudios clásicos en UCL (University College London), donde luego realizó su doctorado en filosofía antigua. Desde 2016, ha desarrollado, junto a  su hermana, proyectos de literatura informativa infantil, lo que ha resultado en cuatro publicaciones. Trabajó como profesora asociada en la Facultad de Filosofía de la UB (Universidad de Barcelona) entre los años 2017 y 2018,y actualmente es profesora e investigadora del departamento de filosofía de la Universidad Alberto Hurtado en Chile.

Relacionados

compartir
Fb
Tw
In
Wa