En 1992, Dukagjin y Anesa Lipa llegaron a Londres como refugiados políticos. Albaneses residentes en la provincia yugoslava de Kosovo (albanokosovares), decidieron dejar su tierra natal con el fin de poder escapar de las crecientes discriminaciones que estaban sufriendo como consecuencia de su origen étnico.
Pocos años después, la pareja tuvo a su primera hija: Dua. Convertida en una de las principales promesas del pop mundial, la magnitud de su personaje llevó al gobierno albanes a concederle la nacionalidad, hecho que fue ampliamente difundido por ella en sus redes sociales.
A lo largo de su carrera, siempre ha destacado el orgullo que le provocan sus raíces, situadas en una convulsionada área del suroeste europeo.
Los primeros registros escritos de los albaneses datan del siglo XI (1101-1100), identificándolos como uno de los tantos grupos humanos que vivían en la península de los Balcanes. Contando con su propio idioma y profesando el cristianismo, durante los siglos siguientes lograron construir un reinado autónomo que solidificó su consciencia como comunidad. En 1453, no muy lejos de aquel territorio, los Otomanos lograron conquistar Constantinopla, capital del entonces imperio Bizantino, una de las entidades más poderosas de la región. Lo anterior, permitió que turcos musulmanes dominaran un estratégico centro geográfico, posibilitando su expansión hacia tierras europeas. Destacados por ser formidables combatientes, los Otomanos fueron capaces de derrotar uno por uno a los diversos pueblos asentados en los Balcanes. A pesar de que los albaneses destacaron por su férrea resistencia, finalmente no pudieron evitar terminar siendo subyugados por completo.
Con el paso del tiempo, la influencia otomana en Albania se hizo notar, resultando uno de sus más fieles reflejos el hecho que la mayoría de sus habitantes reemplazara a Jesús por Alá. Las diferencias culturales con el resto de la región, que en su mayoría no accedió a islamizarse, fue uno de los orígenes de la decisión de migrar que tomaron los padres de Dua Lipa.
La desaparición del imperio Otomano luego de la Primera Guerra Mundial culminó un extenso periodo de decadencia en donde su expansión territorial se fue reduciendo aceleradamente. A través de guerras y tratados internacionales impuestos por potencias occidentales, los dominios del imperio otomano se fueron convirtiendo en diversos países independientes. Los albaneses, que durante el dominio otomano habían migrado a lo largo de los Balcanes, lograron conseguir su propio estado autónomo en 1912. Pero, existieron otros albaneses que pasaron a quedar en estados cristianos, pasando a ser minorías dentro de estos países. El ejemplo más claro de esta situación ocurrió en la pequeña provincia de Kosovo. Si bien al menos 8 de cada 10 kosovares eran albaneses, el territorio pasó a ser parte de la multicultural Yugoslavia, en donde los serbios cristianos ortodoxos eran la nación dominante.
A fines de la década de los 80, llegó al poder de aquel país Slobodan Milosevic, un nacionalista radical serbio que buscaba centralizar el poder en su etnia en desmedro del mosaico de culturas que convivían dentro de Yugoslavia. Lo anterior, empezó a crear desconfianzas y tensiones dentro de Kosovo, sobretodo cuando se empezaron a implementar diversas medidas que buscaban discriminar a la mayoría musulmana para marginarlos de la sociedad. Esta situación, movió que grupos de albaneses comenzaran a organizar una resistencia armada con el fin de restaurar su poder, lo cual estalló en 1998 en una guerra con una Yugoslavia todavía gobernada por Milosevic.
Diversas masacres que los serbios realizaron en contra de albanokosovares, motivó a que occidente a través de la OTAN bombardeara aéreamente a Yugoslavia, expulsándolos de Kosovo junto con finalizar el conflicto.
Si bien el pequeño territorio declaró su independencia en 2008, Serbia (el estado sucesor de Yugoslavia) no la no reconoce debido a que la sigue considerando una región suya, al igual que decenas de países tales como China y Rusia. Por esto, la propia Dua Lipa se vio envuelta en una polémica cuando subió a redes sociales un mapa de Kosovo formando parte de Albania, y no de Serbia. Por otra parte, hace algunos días dentro del camarín de la selección serbia, se reveló un mapa de Serbia incluyendo a Kosovo dentro de su territorio, demostrando como la pequeña región sigue siendo un profundo punto de desencuentro hasta el presente.
