Catalina Urrejola

Ciencias y la silenciosa brecha de género

08.09.2022
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Si hacemos memoria de nuestras vivencias, muchas y muchos nos podemos dar cuenta de la famosa brecha de género en la que estamos insertos.

En mi caso, recuerdo en el colegio cómo a mi curso lo dividían en grupo de hombres y mujeres, para desarrollar habilidades manuales diferenciadas. Mientras mis compañeros tallaban en madera, nosotras éramos obligadas a bordar. Y eso, era lo normal. Nadie decía nada o, quizás, nadie se atrevía a hacer algo diferente. En los electivos, pocas mujeres elegimos el área física-matemática. Si soy generosa, creo que éramos máximo el 30% de la sección. Durante la universidad, esa brecha se fue acortando, pero en el transcurso de la carrera, varias desistieron y las que logramos terminar fuimos muy pocas.

Según el informe Radiografía de Género en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la División de Estudios y Estadísticas, realizado en 2020, sólo el 24% de las niñas deciden estudiar áreas de Ciencia y Tecnología. Y cuando ingresas a las carreras, esa cifra comienza a desprenderse. En Astronomía, la realidad -a momentos- puede parecer un poco más alentadora, pues en general la proporción de hombres y mujeres en estudios de Magíster y Doctorado es relativamente equitativa. Sin embargo, al momento de buscar empleo esa realidad cambia dramáticamente, y hoy solo un 31% de las astrónomas cuenta con una posición postdoctoral y un 21% de las académicas son mujeres de acuerdo al censo realizado por la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS) en 2021.

¿Cómo incentivar en niñas y adolescentes las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) cuando no existen referentes en esas posiciones?

Según un estudio publicado en la revista Science, las niñas -en etapas tempranas- se sienten menos inteligentes que los niños a la misma edad. La explicación se aloja en los estereotipos de género, que entregan más seguridad a los hombres y que generan que, habilidades y destrezas de niñas, queden escondidas. O derechamente nunca salgan a la luz.

En algunos lugares se han planteado medidas para comenzar a estrechar la brecha de género que tanto nos afecta. El llamado Currículum Ciego (CV Ciego) es una de las iniciativas que va en esa línea. En Chile, esta política de reclutamiento laboral, impulsada por empresas como Tecno Fast y Oracle Chile, consiste en la entrega de antecedentes sin nombre, ni género para poder evaluar a postulantes de manera más objetiva, centrándose únicamente en las competencias profesionales y evitando cualquier tipo de discriminación. Si bien en nuestro país es una medida incipiente y se limita a que, en el currículum no deben aparecer aspectos físicos como fotos, altura o apariencia; las empresas que han implementado el CV Ciego han aumentado considerablemente el porcentaje de mujeres en sus contrataciones.

Como sociedad, es urgente que igualemos la cancha para que más mujeres se interesen por estudiar profesiones del ámbito de la ciencia. Hay que crear oportunidades para que las niñas y adolescentes del futuro puedan desplegar sus capacidades y desarrollarse como científicas e investigadoras en un entorno seguro. No puede ser que aún se nos mire como problema al momento de la contratación, y que se sigan haciendo preguntas como: “¿Usted tiene intención de ser madre? ¿Quién cuida a sus hijos cuando usted no está en casa?”. Eso no solo genera un gran desincentivo, sino que alimenta esta brecha silenciosa de la que aún somos parte.  

Escrito por

Catalina Urrejola es phD(c) en Astronomía de Universidad de La Serena. Ha trabajado en divulgación científica y fue parte del equipo que detectó por primera vez patrones de corrugación en una galaxia similar a la Vía Láctea, utilizando mapas 2D de velocidad.

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